- Aproximadamente el 43% de los casos están sin diagnosticar porque al principio no presenta síntomas y la evolución es lenta.
- La obesidad es el factor de riesgo más importante para la diabetes tipo 2.
- La diabetes puede afectar a ojos, riñones, nervios y vasos sanguíneos.
- Tras reconocer la prediabetes hay que realizar una alimentación equilibrada y cardiosaludable, limitando el consumo de grasas.
Los estudios de prevalencia muestran que aproximadamente el
43% de los casos están sin diagnosticar. Eso se debe a que al principio no da
síntomas y la evolución es lenta, diagnosticándose en general de forma casual
en una revisión laboral o una analítica rutinaria. El doctor Juan Girbés,
Especialista en Endocrinología y Nutrición del Hospital Arnau de Vilanova
(Valencia), asegura que está demostrado que el tratamiento más precoz previene
y retrasa las complicaciones crónicas de la diabetes. El experto repasa las
claves de la diabetes tipo 2.
¿Qué es la diabetes tipo 2?
En el caso de la diabetes tipo 2 hay una ineficacia de las
células para usar la insulina, que se compensa inicialmente con una
sobreproducción de insulina por el páncreas, y cuando el páncreas no puede
compensarlo es cuando aparece la diabetes, manifestada con aumento de la
glucosa en la sangre. La prevalencia de diabetes es del 13,8% a partir de los
18 años, aumentando la frecuencia con la edad. A partir de los 60 años más del
25% de las personas tienen diabetes tipo 2.
¿Qué la hace
diferente?
La diabetes tipo 1 se
debe a la destrucción de las células beta del páncreas, las que fabrican la
insulina. Estos pacientes necesitan ser tratados con insulina desde el
principio. En cambio, en la diabetes tipo 2 –típica diabetes del adulto– no
suele precisar insulina. En general se trata con antidiabéticos orales, aunque
con el tiempo puede precisar insulina para su control. Otros factores de riesgo
importantes son la predisposición genética y la edad.
La obesidad aumenta
el riesgo
Hay otros factores de
riesgo importantes, como por ejemplo la predisposición genética y la edad. Pero
es la obesidad el factor de riesgo más importante que se puede modificar con la
alimentación y modificaciones del estilo de vida. El exceso de grasa abdominal
es lo que más se relaciona con la presencia de diabetes tipo 2.
Otros factores de
riesgo
Hay otros factores como el sedentarismo, que también se
asocia a un mayor riesgo de diabetes tipo 2. La práctica regular de ejercicio
está demostrado que reduce la incidencia de diabetes y también que facilita el
control de la diabetes y del exceso de peso. Hay otros factores de riesgo
cardiovascular que se suelen asociar y que es conveniente vigilar como el
tabaquismo, la hipertensión y la dislipemia.
Cómo afecta a la salud
No hay órgano del cuerpo que quede libre del efecto
perjudicial de la hiperglucemia. La diabetes tipo 2 puede presentar
complicaciones en los ojos (retinopatía diabética), en los riñones (nefropatía
diabética), los nervios (neuropatía diabética) y en los vasos sanguíneos (en
forma de arteriosclerosis, infarto de miocardio y accidente cerebrovascular).
El riesgo cardiovascular de las personas con diabetes es algo más del doble que
el de las personas sin diabetes. El riesgo cardiovascular es algo más del doble
que el de las personas sin diabetes
Reconocer la
prediabetes y prevenir la diabetes tipo 2
La prediabetes es la fase previa a la diabetes que informa
que la persona tiene muchas posibilidades de tener diabetes. En general se
define este concepto por la existencia de alteraciones analíticas de la
glucosa, que están por encima de los valores de normalidad, pero sin llegar a
los valores que se dan en la diabetes. Se considera prediabetes si en ayunas la
glucosa está entre 100 y 125 mg/dl, o si tras una sobrecarga oral de glucosa la
glucemia está entre 140 y 199 mg/dl.
La recomendación general es realizar una alimentación
equilibrada y cardiosaludable, con una limitación del consumo de grasas:
- Control de los hidratos de carbono de absorción rápida (azúcar, dulces, zumos, etc.).
- Limitar las grasas saturadas (carnes rojas, embutidos, bollería, etc.).
- Más frutas, vegetales, legumbres, cereales integrales y lácteos desnatados.
- Grasa: el aceite de oliva, preferiblemente virgen extra.
- También son recomendables los frutos secos o las aceitunas.
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Controlar la
enfermedad a través del conocimiento
La diabetes tipo 2
puede controlarse en sus fases más precoces con medidas higiénico-dietéticas
(dieta y ejercicio), pero en general suele precisar fármacos, en el inicio
orales pero con el tiempo es muy frecuente que se precise insulina inyectable.
"Lo mejor es que el propio paciente participe en ese control, para lo cual
es imprescindible la educación diabetológica", afirma el especialista. El
paciente debe estar instruido en las modificaciones de dieta y estilo de vida,
y en las consecuencias del buen o mal control de la enfermedad.
Fuente: www.20minutos.es
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